UNA HISTORIA REPETIDA PERO QUE VALE LA PENA RECORDAR HOY.
Hace algún tiempo yo conté sobre esta medalla que me trajo de regalo uno de los “buscadores de oro”… ¿Y quiénes son los buscadores de oro?, se preguntarán ustedes.
Todos saben que vivo en Chascomús, con su hermosa laguna de 3.000 hectáreas.
En épocas de bajante o sequía hay gente, unas por gusto, otras por necesidad que munidos de una zara
Hace algún tiempo yo conté sobre esta medalla que me trajo de regalo uno de los “buscadores de oro”… ¿Y quiénes son los buscadores de oro?, se preguntarán ustedes.
Todos saben que vivo en Chascomús, con su hermosa laguna de 3.000 hectáreas.
En épocas de bajante o sequía hay gente, unas por gusto, otras por necesidad que munidos de una zara
nda de fino alambre tejido a la que se adosan unas botellas de gaseosas, vacías pero tapadas para hacer que ésta flote y una pala ancha tamizan el barro limoso y la arenilla del fondo de la laguna en la búsqueda de “cosas” que han perdido los bañistas o pescadores. Así aparecen medallas, esclavas, anillos, pulseras, cadenitas, monedas, cuchillos, plomadas, y algunas insólitas como una que otra dentadura postiza o una urna funeraria.
Uno de ellos es amigo de la infancia, si bien de adultos nuestros caminos se separaron, seguimos una relativa amistad, él, conocedor de mi gusto por la historia, me arrima las cosas antiguas y que, sin valor económico pero con gran valor histórico, así me ha traído monedas, medallas, algún trozo de arma antigua que mates por medio, me las obsequia.
¡Cuánta razón tiene el refrán “Lo que el agua trae, el río se lo lleva”!
Recuerdo una vez me trajo una medalla de plata fechada en 1963 y del viaje inaugural de la Fragata A.R.A. Libertad… ¿Quién la habría extraviado? Pero lamentablemente a mi también se me perdió, sin embargo… ¡Qué vigencia tendría en estos momentos esa medalla!
Hace un tiempo, en la última sequía, se apareció y me dijo: “Vos que sos admirador de Dorrego, mirá lo que te traigo” y me obsequió la medalla de la foto.
Dije que ya lo conté, pero precisamente hoy, esta presea toma un protagonismo ineludible.
En su reverso tiene la siguiente inscripción: HOMENAJE DEL PUEBLO AL CORONEL MANUEL DORREGO. Coronel Dorrego – 13 diciembre de 1928.
En su anverso, la cara labrada del prócer.
Hoy se cumple un nuevo aniversario de ese fusilamiento incomprensible con el que fue ultimado este gran hombre de la historia nacional.
Uno de ellos es amigo de la infancia, si bien de adultos nuestros caminos se separaron, seguimos una relativa amistad, él, conocedor de mi gusto por la historia, me arrima las cosas antiguas y que, sin valor económico pero con gran valor histórico, así me ha traído monedas, medallas, algún trozo de arma antigua que mates por medio, me las obsequia.
¡Cuánta razón tiene el refrán “Lo que el agua trae, el río se lo lleva”!
Recuerdo una vez me trajo una medalla de plata fechada en 1963 y del viaje inaugural de la Fragata A.R.A. Libertad… ¿Quién la habría extraviado? Pero lamentablemente a mi también se me perdió, sin embargo… ¡Qué vigencia tendría en estos momentos esa medalla!
Hace un tiempo, en la última sequía, se apareció y me dijo: “Vos que sos admirador de Dorrego, mirá lo que te traigo” y me obsequió la medalla de la foto.
Dije que ya lo conté, pero precisamente hoy, esta presea toma un protagonismo ineludible.
En su reverso tiene la siguiente inscripción: HOMENAJE DEL PUEBLO AL CORONEL MANUEL DORREGO. Coronel Dorrego – 13 diciembre de 1928.
En su anverso, la cara labrada del prócer.
Hoy se cumple un nuevo aniversario de ese fusilamiento incomprensible con el que fue ultimado este gran hombre de la historia nacional.
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