ENSEÑANZA DEL FOLKLORE EN LAS ESCUELAS.
Ante la preocupante influencia de la homogeneización cultural que llega a través del paradigma globalizador, es imprescindible y urgente la necesidad de tomar una posición clara y activa frente a este
Ante la preocupante influencia de la homogeneización cultural que llega a través del paradigma globalizador, es imprescindible y urgente la necesidad de tomar una posición clara y activa frente a este
fenómeno y reafirmar las Identidades Nacional y Local.
El Folklore emerge como elemento convocante y aglutinador de la Cultura Tradicional.
En esta coyuntura, el Folklore contribuye a reforzar el sentimiento de comunidad como espacio de cohesión, de reproducción de valores y de pertenencia.
En nuestro país y en América Latina, las corrientes pedagógicas que consideran a la educación como proceso dialógico constructivo de mutuo respeto, son las que orientan los sistemas educativos actuales.
Se entiende a la Educación como proceso de construcción permanente en lo social, lo político, lo pedagógico, lo cultural y lo científico. La Educación apunta en este horizonte a la construcción y afirmación de la Identidad Nacional, entendida como herramienta para la reafirmación de las identidades locales, provinciales, regionales en coincidencia con el Articulo 11 de la Ley de Educacion Nacional 26.206.
Es el Sistema Educativo el que puede y debe promover y garantizar un cambio.
Para lograrlo se deben seleccionar y organizar los contenidos folklóricos, que el niño y su comunidad nacional y local poseen y aplicarlos creativamente en la escuela, para desarrollar una relación esencial de pertenencia con su entorno y estimular la cultura del trabajo y del esfuerzo individual y cooperativo
Las manifestaciones folklóricas constituyen un disparador estratégico para el trabajo áulico, en todos contextos socioculturales.
El niño se nutre de la cultura tradicional a partir de ese saber transmitido por la experiencia, en forma oral y a través de las generaciones, de las que recibe diferentes formas y modos de satisfacer sus necesidades de tipo material, social y espiritual.
Esta acción integradora se constituye en un elemento bidireccional al actuar en un doble proceso por el cual se rescata y se reafirma el saber tradicional y popular, al valorar conocimientos que en otras épocas fueron denostados y que aislaron a los actores y transmisores de ese saber popular, quebrando toda posibilidad de lograr la continuidad sociocultural.
Para afirmar y valorar el acervo cultural es fundamental reconstruir nuestro árbol genealógico, que nos posibilite encontrar nuestras raíces nacionales y latinoamericanas y despertar sentido de pertenencia y amor hacia nuestra identidad.
Consideramos imprescindible configurar el marco legal que incluya, sostenga e implemente la Enseñanza del Folklore en la Educación Inicial y Primaria en todas sus modalidades, a cargo de personal especializado con formación superior, para propiciar el rescate, la valoración y apropiación del Folklore como fruto de un proceso dinámico de construcción colectiva, que posibilite proyectar la Identidad Nacional a partir del respeto de las identidades regionales.
El Folklore emerge como elemento convocante y aglutinador de la Cultura Tradicional.
En esta coyuntura, el Folklore contribuye a reforzar el sentimiento de comunidad como espacio de cohesión, de reproducción de valores y de pertenencia.
En nuestro país y en América Latina, las corrientes pedagógicas que consideran a la educación como proceso dialógico constructivo de mutuo respeto, son las que orientan los sistemas educativos actuales.
Se entiende a la Educación como proceso de construcción permanente en lo social, lo político, lo pedagógico, lo cultural y lo científico. La Educación apunta en este horizonte a la construcción y afirmación de la Identidad Nacional, entendida como herramienta para la reafirmación de las identidades locales, provinciales, regionales en coincidencia con el Articulo 11 de la Ley de Educacion Nacional 26.206.
Es el Sistema Educativo el que puede y debe promover y garantizar un cambio.
Para lograrlo se deben seleccionar y organizar los contenidos folklóricos, que el niño y su comunidad nacional y local poseen y aplicarlos creativamente en la escuela, para desarrollar una relación esencial de pertenencia con su entorno y estimular la cultura del trabajo y del esfuerzo individual y cooperativo
Las manifestaciones folklóricas constituyen un disparador estratégico para el trabajo áulico, en todos contextos socioculturales.
El niño se nutre de la cultura tradicional a partir de ese saber transmitido por la experiencia, en forma oral y a través de las generaciones, de las que recibe diferentes formas y modos de satisfacer sus necesidades de tipo material, social y espiritual.
Esta acción integradora se constituye en un elemento bidireccional al actuar en un doble proceso por el cual se rescata y se reafirma el saber tradicional y popular, al valorar conocimientos que en otras épocas fueron denostados y que aislaron a los actores y transmisores de ese saber popular, quebrando toda posibilidad de lograr la continuidad sociocultural.
Para afirmar y valorar el acervo cultural es fundamental reconstruir nuestro árbol genealógico, que nos posibilite encontrar nuestras raíces nacionales y latinoamericanas y despertar sentido de pertenencia y amor hacia nuestra identidad.
Consideramos imprescindible configurar el marco legal que incluya, sostenga e implemente la Enseñanza del Folklore en la Educación Inicial y Primaria en todas sus modalidades, a cargo de personal especializado con formación superior, para propiciar el rescate, la valoración y apropiación del Folklore como fruto de un proceso dinámico de construcción colectiva, que posibilite proyectar la Identidad Nacional a partir del respeto de las identidades regionales.
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