Mata a una yegüa mientras la usaba en una jineteada en el Festival de Doma y Folclore de Jesús María
de Asociación Animalista Libera, el domingo, 6 de enero de 2013 a la(s) 23:38 ·
El Festival de Doma y Folclore de Jesús María consiste en un festival que se realiza desde hace ya muchos años en esta localidad de Córdoba, Argentina. Su duración es de una semana y en él participan numerosos grupos musicales populares, humoristas, folclóricos… y gauchos que van con sus caballos a demostrar su “destreza” sometiendo a los animales a un trato denigrante y cruel.
Provenientes de distintos puntos del país, estos gauchos (que en realidad no “doman”, tal como lo anuncia el festival, ya que sus tropillas están formadas por caballos totalmente domesticados) someten a los caballos a un grave maltrato con el objetivo de que corcoveen y así hacer creer al público asistente que ellos han logrado someter a un animal supuestamente salvaje. Esta práctica es conocida como “jineteada”, aunque también se realizan durante todos los días del festival otras prácticas conocidas como “destrezas gauchas”. Es básicamente eso: el sometimiento y maltrato de un animal, convertido en espectáculo y tradición.
Si el mensaje que se da con estas prácticas de sometimiento es muy negativo, no sólo para los niños que participan como público, sino para toda la sociedad, es doblemente inaceptable si tenemos en cuenta el gran apoyo institucional que recibe este festival, tanto por parte de políticos del ámbito provincial, como también municipal.
Ayer, 5 de enero, el festival fue escenario no sólo del maltrato disfrazado de tradición (una tradición que no representa ninguna riqueza cultural, más bien al contrario, impone un tipo de cultura con la que la gran mayoría de argentinos no se siente representada, anacrónica y profundamente negativa), sino que además fue escenario de la muerte de una yegüa durante el transcurso del “espectáculo”. Se llamaba La Roseta, murió desnucada ante un público indiferente que aplaudía hasta hacía segundos al gaucho que la montaba y que terminó matándola. El ejecutor de esta muerte es Juan Cruz Córdoba, quien competía en representación de Santa Fe. Pero podría haber sido cualquiera de los otros caballos y cualquiera de los otros gauchos. Ninguno de estos animales está a salvo en Jesús María, donde se incumple noche tras noche con la Ley de protección de los animales de Argentina.
La muerte de La Roseta pone una vez más de relieve el uso de animales convertidos en protagonistas involuntarios de una “fiesta” en la que no todos son llamados a disfrutar.
Las tradiciones cambian, evolucionan, y en ocasiones desaparecen. Las jineteadas, el uso de animales en fiestas tradicionales como pialadas, doma, yerra, etc., son prácticas llamadas a desaparecer. Que nadie nos imponga qué prácticas son tradiciones argentinas, ni nos quiera convencer de que el gaucho es el paradigma del ser nacional. No, el maltrato a los animales no nos representa.
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