Daniel Rojelio Albornoz Artículo extraído de la revista "Folklore" Nº 89 (9 de marzo de 1965).
"¿Qué piensa Atahualpa Yupanqui de los nuevos valores de la canción?
Hay dos caminos: la verdad y la mentira. Cada uno es libre de elegir lo que quiera, pero quien elige la mentira, que no la disfrace con el rostro de la verdad.
Los jóvenes que hoy cantan canciones folklóricas o de proyección folklórica, en su mayoría cantan sin responsabilidad. No se puede tolerar que se deforme el rostro moral y espiritual del país. Son dueños de hacer lo que quieran, pero si esa tendencia significa una deformación de la fisonomía espiritual de nuestro pueblo, estoy contra esa tendencia.
Yo prefiero reconocerme con mis compatriotas a través de la "Zamba de Vargas", por ejemplo, sin que eso signifique que me haya detenido, artísticamente, en el siglo pasado.
Por ahí saben decir que hay que entrar en lo moderno. No deben identificarse modernidad con decadencia. Ellos llaman moderno a lo que está sumado a la decadencia, a lo que es decadente aquí, en Chile, en México o en el Perú.
Así como el Renacimiento tuvo sus artistas, la decadencia también los tiene. En este momento, la decadencia se está acusando en sus formas más públicas.
No niego que haya artistas jóvenes de buena fe. Los hay, también honestos y que están en el buen camino, como Carlos Santa María (*), por ejemplo. Pero la mayoría, en vez de tener anhelos coincidentes con sus promotores, tienen ambiciones coincidentes. Con un ponchito al hombro y cuatro versitos tienen ganado su día y cubierta su cuota de vanidad.Después, que estudien los viejos...
Muchos de ellos están en la línea del menor esfuerzo para el arte o para ganarse
la vida. Ahora se acostumbra mucho, también, buscar novedosos arreglos de voces. Los arreglos de voces me parecen bien, siempre que se respete la melodía. Los chicos están jugando a la originalidad...Casi no vale la pena hablar de esto.
Pero el hilo de la melodía no debe desvirtuarse... Detrás de todos o casi todos estos jóvenes que cantan con pretendido sentido de modernidad, hay, en la
mayoría de las veces, una intención utilitaria. Da la impresión de que la juventud, desde el punto de vista criollo, ha tomado como objetivo los consejos del Viejo Vizcacha -"hacéte amigo del juez"- y no los de Martín Fierro. Están viendo la medalla por el reverso.
Hay, sin embargo, jóvenes incontaminados, que no han entrado conscientemente en la mentira...He escuchado, algunas veces, armonizaciones que recuerdan algún lied alemán. No es necesario limpiarse las orejas con las espuelas para ser gaucho. Pero ya que, por ejemplo, les gusta a muchos jóvenes tocar el bombo, deberían saber que el bombo era usado por los indios con un sentido casi sagrado, ritual, y que su sonido simboliza la tierra cansada de dar cosechas... El joven que tenga en sus manos éste u otro instrumento debe saber, ante todo, qué es lo que tiene con él, antes de largarse a hacer folklore, a cantar una canción folklórica. De otro modo, hará -como es corriente- una cosa amanerada y de dudoso sexo...La canción folklórica habrá perdido su carácter...
El gran pecado, en este aspecto, es el de los empresarios y promotores que aprovechan financieramente estas cosas. Así como hay leyes que impiden el ejercicio ilegal de la medicina, habrá que pensar en un modo de policía espiritual que impida esos atentados contra la salud espiritual de las masas populares. ¿Qué pasaría con la salud del público si en vez de médicos el ambiente estuviera plagado de curanderos? No veo remedio inmediato a esta situación. Los decadentes no tienen remedio.
A los jóvenes, les diría que sepan elegir. Ellos se sitúan como testigos de un viejo pleito: la verdad y la mentira. Si eligen la mentira, que lo digan, que no se disfracen...Antes de presentarse en radio o en TV -cosa hoy de tan extraordinaria facilidad- deberían leer una montaña de libros y caminar doscientas legüas tras el objetivo artístico. Hecho eso, tendrían que decidir: la verdad o la mentira.
Por ahí dicen también que con el sentido actual que se le da a la canción nativista se gana en universalidad. Yo diría queconfunden lo internacional con lo universal. Pero, antes que nada, debe partirse de una verdad: sólo la verdad puede universalizarse...
Hay una cosa a la que los jóvenes de hoy suelen temer: la soledad. Una cosa es quedarse solo y otra conquistar la soledad... La baguala, como el estilo y la milonga sureña, son expresiones del hombre en soledad. Por eso, los jóvenes de hoy no cantan, por general, estilos, milongas ni bagualas. Hay mucha soledad en ello. La baguala que se canta suele venir con una aureola de leyenda y pintoresquismo. No está aprendida en el lugar, sino a través de discos de conjuntos de éxito. De ahí que muchos de estos jóvenes canten sin información. Si hubieran oído, por ejemplo, una baguala cantada en Tafí del Valle, pero no en tiempos de turismo ni con ánimo de veraneo, entenderían la enorme dignidad que ella tiene, la soledad que hay en una baguala, como la tienen un estilo o una milonga.
Hay, pues, que madurar, estudiar, andar....Después elegir. Elegir entre dos caminos: la verdad o la mentira..."
jueves, 31 de enero de 2013
miércoles, 30 de enero de 2013
25 de enero
Del muro de Arturo Zeballos :
Pasaron los años desde que mi Tata aceptó el homenaje de poner su nombre al escenario del Festival de Cosquín. Puso una única condición: la de no usar el escenario para adular a ningún dictador. Eran tiempos duros y lo que pidió tenía que ver con las circunstancias por las que atravesaba el país, no tan lejanas de otras épocas que había conocido y sufrido de más joven.
Pero no sé si solo se refería a los dictadores de uniforme. También podemos sumarle otras formas que ha sumado la dictadura: la del dinero, la exigencia de éxito.
Contaré que, a pesar de haberse convertido en un artista del mundo jamás permitió que esta circunstancia hiciera mella en su conducta personal y artística.
Crecí escuchando discos de sus compañeros de desvelo: aquellos que en los años 40 trajeron de sus provincias el canto de su pago. A ellos se sumaron algunos porteños también. Así el canto nativo fue creciendo en consideración porque, además, la gran ciudad se había poblado de provincianos.
Estos intérpretes no solo compartían los pequeños escenarios que se les ofrecía en peñas y confiterías; compartían tenidas entre ellos. Eran serios en su labor porque sabían lo que estaban haciendo. Tenían una herencia folklórica que no podían desmentir aunque quisieran, pues les venía en la sangre desde la panza de su madre, de sus abuelas, de su tierra.
El orgullo era representar bien al pago y cuando uno dice pago habla de siglos y de gentes, de territorio, de historia, de leyendas y de costumbres afirmadas en ese transcurrir de los tiempos en un determinado paisaje.
Crecí con ellos. Escuchando zambas, gatos, chacareras, escondidos, cielitos y vidalas. Mis padres no me obligaban a escuchar determinado tipo de música. Pedía permiso y el gramófono era mío junto a los discos de “piedra”.
Claro que todo esto se afirmaba con mis estadías en Cerro Colorado, ensillando mi petizo, acompañando a don Roque a buscar las vacas, compartir un pedazo de pan con picadillo y unos tragos de agua en las serranías, llevarlas al bañadero, traerlas de vuelta, hacer los mandados al almacén y conocer un mundo de criollos, que no se llamaban a sí mismos gauchos, comentando sus “afanes” y alguna que otra anécdota o noticia de importancia para ellos.
Casi no había radios. La televisión no existía. El diario del pueblo era la reunión en el boliche como se le llamaba al almacén. Qué podía sorprenderme de aquellos hombres y sus comentarios? Nada y todo. Pues era estar viviendo historias que otros niños solo llegaban a conocer si se ponían a leer alguna novela.
Como podía resultarme ajena la música que escuchaba en casa si toda la música, la buena música se entrelaza profundamente con la sensibilidad de cualquier persona en cualquier lugar del mundo en la medida que conserve autenticidad y amor por lo bello.
Recuerdo algo de León Felipe en relación con la poesía que decía así:
Quítale los caireles de la rima, las palabras también y si algo queda eso es poesía.
De modo que Bach, Vivaldi, Bizet también tenían que ver con un universo de algarrobos y talas, con caminos de arena y piedra y con esa gente callada, de hablar lento y casi murmurando.
Aquellos cantores, algunos de los cuales fueron homenajeados por mi padre, no esperaban otra cosa más que respeto, reconocimiento de su arte por parte del público. A veces alguna discográfica ponía su interés en ellos y lograban grabar algunas obras.
Porqué cuento todo esto? Porque estos músicos, tenían un profundo respeto por la canción nativa. Esa canción eran ellos: su historia, su paisaje, su dignidad, su pena y su alegría, sus padres y sus abuelos, sus árboles o su desierto.
Cuidando el buen decir en los textos, cuidando que sus intervenciones de adentro-se va la primera- a la vuelta- fueran en el tono en que se estaba cantando para no romper la armonía establecida por la canción y por la interpretación. Ellos me enseñaron no a ser artista, si a cantar, a entender el nexo profundo entre ritmo y región, entre entonación y letra.
Ellos me hicieron comprender que para cantar un canto nativo hay que saber, no de compases, de tempos, de armonías; hay que saber de paisajes, de acentos comarcanos, de fablas regionales; no ser un experto; sí, por músico, tener la oreja preparada para reconocer el origen de determinada persona o canción. No necesariamente convertirse en un experto o un erudito pero sí en un conocedor, como un baqueano que no es geólogo, ni ingeniero hidráulico, ni ingeniero agrónomo, pero que sin saber el porqué de ciertas cosas, sabe como son y donde el hombre puede hacerse su lugar o al menos un lugar que le sea apto para permanecer un rato o toda la vida.
Aquellos cantores no perseguían ningún objetivo especial: eran. No los empujaba el afán de fama, de dinero o de romper records.
Sabían que la dignidad de su canto los sostenía en la vida y sostenía a los suyos: los que fueron y los que vendrían.
Algo cambió y su resultado es lo que vemos hoy. Exitosos, grandes vendedores de discos, multitudinarios eventos donde reciben aclamaciones que nunca sabrán hasta donde ese crédito sea genuino y suyo.
Para obtenerlo cualquier recurso parece legítimo: desde el discurso demagógico hasta la vestimenta más osada o descuidada. Lo que no debe estar ausente es lo estruendoso. Canciones escritas con un nivel apenas primario porque, además, son incapaces de reconocer sus limitaciones a la hora de escribir, melodías amorfas, repetitivas hasta el hartazgo que solo buscan un final “allá arriba” para procurarse la seguridad del aplauso final estrepitoso.
Casi todos vienen con la misma formulita bajo el brazo y la aplican a rajatablas a ver si algún productor o discográfica se interesa en ellos.
El resultado: nuestros pueblos, nuestras regiones se van quedando mudos porque no hay quien cante por ellos, no hay quien diga su vida con belleza, con buen decir o escribir, con una melodía atinada, que se corresponda con el texto y con la intención.
A veces me parece que el público aplaude u ovaciona por aburrimiento. Lo triste es que gran parte se hace con dineros públicos aplicados a objetivos sin ninguna intención de mejorar nuestras limitadas aptitudes culturales o artísticas.
La Nación se empobrece de la peor de las pobrezas: el desconocimiento de si misma.
Por suerte hay muchos cantores, autores (que no es lo mismo que poeta pero que es un noble oficio cuando se lo ejerce bien), que siguen su camino sabiendo bien cual es la verdad y cuales son las mentiras. Les cuesta mucho la marginación, el “silencio de radio” al que se los somete, y en esto no hay diferencias entre las emisoras oficiales y privadas (son sordas por igual), van por una pequeña senda de tierra que va al costado de las grandes autopistas de la difusión, no buscan padrinos políticos porque a la corta o la larga estos imponen sus condiciones.
A ellos “chapeau” diría mi madre, me quito el sombrero, diría mi padre. Qué responsabilidad han asumido! Ser depositarios, casi involuntarios, de una estirpe, de una etnia diría un amigo, que anhelo puedan conservar para las generaciones futuras: la estirpe criolla y su canto nativo.
Roberto "Coya" Chavero
Del muro de Arturo Zeballos :
Pasaron los años desde que mi Tata aceptó el homenaje de poner su nombre al escenario del Festival de Cosquín. Puso una única condición: la de no usar el escenario para adular a ningún dictador. Eran tiempos duros y lo que pidió tenía que ver con las circunstancias por las que atravesaba el país, no tan lejanas de otras épocas que había conocido y sufrido de más joven.
Pero no sé si solo se refería a los dictadores de uniforme. También podemos sumarle otras formas que ha sumado la dictadura: la del dinero, la exigencia de éxito.
Contaré que, a pesar de haberse convertido en un artista del mundo jamás permitió que esta circunstancia hiciera mella en su conducta personal y artística.
Crecí escuchando discos de sus compañeros de desvelo: aquellos que en los años 40 trajeron de sus provincias el canto de su pago. A ellos se sumaron algunos porteños también. Así el canto nativo fue creciendo en consideración porque, además, la gran ciudad se había poblado de provincianos.
Estos intérpretes no solo compartían los pequeños escenarios que se les ofrecía en peñas y confiterías; compartían tenidas entre ellos. Eran serios en su labor porque sabían lo que estaban haciendo. Tenían una herencia folklórica que no podían desmentir aunque quisieran, pues les venía en la sangre desde la panza de su madre, de sus abuelas, de su tierra.
El orgullo era representar bien al pago y cuando uno dice pago habla de siglos y de gentes, de territorio, de historia, de leyendas y de costumbres afirmadas en ese transcurrir de los tiempos en un determinado paisaje.
Crecí con ellos. Escuchando zambas, gatos, chacareras, escondidos, cielitos y vidalas. Mis padres no me obligaban a escuchar determinado tipo de música. Pedía permiso y el gramófono era mío junto a los discos de “piedra”.
Claro que todo esto se afirmaba con mis estadías en Cerro Colorado, ensillando mi petizo, acompañando a don Roque a buscar las vacas, compartir un pedazo de pan con picadillo y unos tragos de agua en las serranías, llevarlas al bañadero, traerlas de vuelta, hacer los mandados al almacén y conocer un mundo de criollos, que no se llamaban a sí mismos gauchos, comentando sus “afanes” y alguna que otra anécdota o noticia de importancia para ellos.
Casi no había radios. La televisión no existía. El diario del pueblo era la reunión en el boliche como se le llamaba al almacén. Qué podía sorprenderme de aquellos hombres y sus comentarios? Nada y todo. Pues era estar viviendo historias que otros niños solo llegaban a conocer si se ponían a leer alguna novela.
Como podía resultarme ajena la música que escuchaba en casa si toda la música, la buena música se entrelaza profundamente con la sensibilidad de cualquier persona en cualquier lugar del mundo en la medida que conserve autenticidad y amor por lo bello.
Recuerdo algo de León Felipe en relación con la poesía que decía así:
Quítale los caireles de la rima, las palabras también y si algo queda eso es poesía.
De modo que Bach, Vivaldi, Bizet también tenían que ver con un universo de algarrobos y talas, con caminos de arena y piedra y con esa gente callada, de hablar lento y casi murmurando.
Aquellos cantores, algunos de los cuales fueron homenajeados por mi padre, no esperaban otra cosa más que respeto, reconocimiento de su arte por parte del público. A veces alguna discográfica ponía su interés en ellos y lograban grabar algunas obras.
Porqué cuento todo esto? Porque estos músicos, tenían un profundo respeto por la canción nativa. Esa canción eran ellos: su historia, su paisaje, su dignidad, su pena y su alegría, sus padres y sus abuelos, sus árboles o su desierto.
Cuidando el buen decir en los textos, cuidando que sus intervenciones de adentro-se va la primera- a la vuelta- fueran en el tono en que se estaba cantando para no romper la armonía establecida por la canción y por la interpretación. Ellos me enseñaron no a ser artista, si a cantar, a entender el nexo profundo entre ritmo y región, entre entonación y letra.
Ellos me hicieron comprender que para cantar un canto nativo hay que saber, no de compases, de tempos, de armonías; hay que saber de paisajes, de acentos comarcanos, de fablas regionales; no ser un experto; sí, por músico, tener la oreja preparada para reconocer el origen de determinada persona o canción. No necesariamente convertirse en un experto o un erudito pero sí en un conocedor, como un baqueano que no es geólogo, ni ingeniero hidráulico, ni ingeniero agrónomo, pero que sin saber el porqué de ciertas cosas, sabe como son y donde el hombre puede hacerse su lugar o al menos un lugar que le sea apto para permanecer un rato o toda la vida.
Aquellos cantores no perseguían ningún objetivo especial: eran. No los empujaba el afán de fama, de dinero o de romper records.
Sabían que la dignidad de su canto los sostenía en la vida y sostenía a los suyos: los que fueron y los que vendrían.
Algo cambió y su resultado es lo que vemos hoy. Exitosos, grandes vendedores de discos, multitudinarios eventos donde reciben aclamaciones que nunca sabrán hasta donde ese crédito sea genuino y suyo.
Para obtenerlo cualquier recurso parece legítimo: desde el discurso demagógico hasta la vestimenta más osada o descuidada. Lo que no debe estar ausente es lo estruendoso. Canciones escritas con un nivel apenas primario porque, además, son incapaces de reconocer sus limitaciones a la hora de escribir, melodías amorfas, repetitivas hasta el hartazgo que solo buscan un final “allá arriba” para procurarse la seguridad del aplauso final estrepitoso.
Casi todos vienen con la misma formulita bajo el brazo y la aplican a rajatablas a ver si algún productor o discográfica se interesa en ellos.
El resultado: nuestros pueblos, nuestras regiones se van quedando mudos porque no hay quien cante por ellos, no hay quien diga su vida con belleza, con buen decir o escribir, con una melodía atinada, que se corresponda con el texto y con la intención.
A veces me parece que el público aplaude u ovaciona por aburrimiento. Lo triste es que gran parte se hace con dineros públicos aplicados a objetivos sin ninguna intención de mejorar nuestras limitadas aptitudes culturales o artísticas.
La Nación se empobrece de la peor de las pobrezas: el desconocimiento de si misma.
Por suerte hay muchos cantores, autores (que no es lo mismo que poeta pero que es un noble oficio cuando se lo ejerce bien), que siguen su camino sabiendo bien cual es la verdad y cuales son las mentiras. Les cuesta mucho la marginación, el “silencio de radio” al que se los somete, y en esto no hay diferencias entre las emisoras oficiales y privadas (son sordas por igual), van por una pequeña senda de tierra que va al costado de las grandes autopistas de la difusión, no buscan padrinos políticos porque a la corta o la larga estos imponen sus condiciones.
A ellos “chapeau” diría mi madre, me quito el sombrero, diría mi padre. Qué responsabilidad han asumido! Ser depositarios, casi involuntarios, de una estirpe, de una etnia diría un amigo, que anhelo puedan conservar para las generaciones futuras: la estirpe criolla y su canto nativo.
Roberto "Coya" Chavero
sábado, 26 de enero de 2013
“LO BUENO, SI BREVE, DOS VECES BUENO”
Para la reflexión del sábado
“LO BUENO, SI BREVE, DOS VECES BUENO”
Recuerdo en mi época de estudiante, teníamos una profesora de Literatura de aquellas inolvidables y que dejaba su huella en todos y cada uno de sus alumnos.
Ella decía que el mundo se manejaba por el idioma y su importancia en la vida del ser humano, así aseguraba que el idioma de lo legal era el italiano, no de balde en la facultad de Derecho se estudiaba “Derecho Romano” como una de sus materias primeras; el de la tecnología era el alemán debido a la capacidad de sus técnicos y científicos; el de la diplomacia, el francés; el del comercio el inglés y el de la Literatura, el castellano.
Se basaba esto último en la existencia de una palabra para cada concepto. Todos hemos escuchado alguna vez sobre la diferencia entre oír y escuchar; ver y mirar y lo que más importa entre el hablar y el decir.
Los que conocen de mi trabajo saben que hace 20 años viajo permanentemente con exposiciones de mis obras y doy charlar sobre temas, fundamentalmente tradicionalistas, por la provincia de Buenos Aires.
Estas charlas me han servido de mucho pero fundamentalmente para darme cuenta cuando, dando una charla, la gente entra a aburrirse o cansarse. Se escucha una tos por aquí, otra por allá; un corrimiento de silla, las posturas comienzan a cambiar, etc. Son todos estos síntomas que uno ha comenzado a cansarlos y entonces la atención se dispersa. Lo que uno dice, pierde valor.
Si sabía de esto Winston Churchill, quien siendo Primer Ministro de Inglaterra durante la 2º Guerra Mundial, cuando era llamado por las Cámaras y los opositores lanzaban largos y aburridos discursos para que explicara cosas que él no podía decir por ser Secretos de Estado, preparaba uno de sus “puros” y se ponía a fumar desesperadamente hasta que se formara bastante ceniza en su punta, luego lo dejaba quieto en su mano. Los asistentes a la reunión, aburridos con la perorata comenzaban a calcular cuando se le iba a caer esa ceniza sobre sus papeles, lo que no ocurría. Mientras tanto perdían de escuchar, entretenidos en esto, los argumentos de los adversarios del Primer Ministro. Lo que ocurría era que Churchill había preparado su ”puro” atravesando un alambre lo que hacía que la ceniza no se cayera nunca. Cosas de zorro, como quien le dice.
De cualquier manera, nuestro idioma está preparado para decir mucho, hablando poco.
Una frase, solo una frase de un largo, pero largo discurso, suele ser la que queda tintineando en quienes escuchan…y esa es la importante, la de peso, la de valor.
Muchas veces esa sola frase, sola, vale por mil palabras.
Julio César en la Guerra de las Galias, cuando sus tropas habían perdido entusiasmo ante la batalla que se venía, simplemente dijo: “¡Iré, aunque sea acompañado solamente de mi sombra!”. Lo que fue suficiente para tocar la fibra más íntima del último de sus soldados.
Otra arenga inolvidable fue la de Napoleón previo a su combate con los mamelucos en Egipto. Simplemente dijo a sus soldados: “¡Desde lo alto de estas Pirámides, 40 siglos os contemplan!”.
A pesar que Abraham Lincoln afirmara que “El mundo no recordará por mucho tiempo lo que decimos los políticos”, acuñó una frase que aun hoy es repetida hasta el cansancio y se ha incorporado a la mayoría de los textos constitucionales: “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra”…
Cuando se inauguró el cementerio a los héroes, luego de la batalla de Geetysburg, en la guerra de la Secesión estadounidense Edgard Everett, un personaje de la cultura, preparó un discurso conteniendo 13.609 palabras y tardó dos horas en pronunciarlo, nadie recuerda que dijo. Lincoln sesudamente habló durante dos o tres minutos utilizando solamente 300 palabras, son las que quedaron en la historia.
Para traer también un ejemplo más nuestro, no olvidemos una de las máximas que dejó el general San Martín para la crianza de su hija: “Hablar poco y lo preciso”.
También tenemos varios ejemplos de sabiduría popular en los dichos: “En boca cerrada, no entran moscas” o “Para decir mucho, no es necesario hablar mucho”…
En fin, para reflexionar, las palabras se gastan, no las perdamos de gusto… ¿Ustedes, que opinan?
Y a quien le quepa el sayo; ¡Que se lo ponga!
miércoles, 23 de enero de 2013
quínoa y vegetales
Como todos los dias , les dejamos sugerencias de menu para realizar en casa. En esta oportunidad , con ingredientes del norte( Quina )
Risotto de quínoa y vegetales : 4 porciones
NGREDIENTES
Quinoa 500 g
Manteca 200 g o aceite de oliva a gusto.
Pimiento 50 g
Berenjenas 50 g
Zapallitos verdes 50 g
Zucchini 50 g
Champignones 50 g
Panceta 50 g
Caldo de gallina 2 l
Queso parmesano 100 g
PROCEDIMIENTO
Lavar con mucho cuidado la quínoa en abundante agua fría hasta que el agua este libre de impurezas.
Saltear en 1 cucharada de manteca el pimeinto, la berenjena, el zapallito verde, el zucchini, los champignones y la panceta, agregar la quínoa y comenzar a agregar el caldo bien caliente de a poco sin dejar que la preparación se seque.
Por último retirar del fuego y agregar el queso rallado y el resto de la manteca cortada en cubos.
Libellés :
Secretaria de Turismo y Cultura
martes, 22 de enero de 2013
Los Indios Pampas Historia
Los Indios Pampas
Historia
-
Indios Pampas primitivos
Libellés :
Daniel Rojelio Albornoz
jueves, 17 de enero de 2013
CIENCIA GAUCHA.
CIENCIA GAUCHA.
Desde tiempos inmemoriales el hombre se preocupó por determinar los cambios climáticos, más aun aquellas personas que trabajaban en el ámbito rural. Cosechas, pariciones y otras tareas propias del campo así lo exigían.
Al principio la observación de la naturaleza misma y la actitud de los animales le brindaban cierta información, pero al vivir en grandes urbes con su vorágine en la forma de vida ha hecho que los pobladores de estas ciudades hayan perdido en parte este sentido de la observación.
No ha ocurrido esto con la población rural que aun, pese a tener acceso a la información meteorológica que brindan los medios de comunicación, diarios, radios y televisión se sigue llevando por aquellos datos empíricos.
La lluvia por ejemplo tiene muchas señales, cuando el perro se acuesta con sus patas para arriba, cuando se ven muchas víboras en el campo, la laboriosidad excesiva de las hormigas que buscan lugares más bien altos son señales inequívocas de aguacero seguro.
“Si la perdiz canta,
Nublado viene,
Y no hay mejor señal
Que cuando llueve”; suelen recitar los paisanos.
Cuando los chajaes se posan en los palos de los alambrados o se ven las vizcachas cambiando las cuevas hacia las lomas, dan señal de la posibilidad de inundaciones.
Cuando el sol se pone muy rojo, será señal de buen tiempo, cosa contraria si es que sale con nubes enrojecidas.
Cuando llueve, estando en luna nueva, lloverá hasta el cuarto lunar siguiente, es señal de lluvia cuando la luna nueva se hace con sus “cuernitos” hacia abajo, pero será tiempo seco si estos cuernitos están señalando hacia arriba: “De esos cuernitos cuelga Dios el balde de la lluvia”…
El canto del hornero indica la terminación de la lluvia, lo mismo que cuando se ve el arco iris.
Viento anuncia el chingolo cuando canta de noche lo mismo que cuando los yeguarizos corren sin motivo por el campo y sus crías (potrillos y potrancas) lanzan coces al aire.
La conocida “baba del Diablo” es la acumulación de cantidad de hilos de telas de arañitas pequeñas que éstas usan para viajar llevadas por el aire, presagian viento.
Habrá tormenta si los toros se echan tierra sobre su lomo.
Un día de calor es anunciado por el canto de las cigarras o cuando a la mañana temprano las palomas torcazas y monteras arrullan en lo alto de los árboles.
En fin, son muchos los datos de estos que aún quedan en el tintero, pero sirvan estos que he escrito para dar una idea del conocimiento empírico de la ciencia gaucha.
miércoles, 16 de enero de 2013
Se ruega difusion!!!
YA QUE NO FUE LEVANTADO POR NINGUNO DE LOS GRANDES MEDIOS
Carta a la Presidenta de la Nación
El Lenguaraz Pablo Denardi, de la comunidad Qompi Naqona'a de Villa Río Bermejito, el Impenetrable, Chaco, el 10 de enero redactó la siguiente carta a la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner:
Le escribo en nombre de los que si le escriben, son perseguidos o asesinados.
Perdone usted se le moleste, nuestra playa recibe muertos, mientras que usted en algún puerto recibe un imponente barco. Hace 500 años recibimos también a muchos hombres de blanco, que hablaban bien como usted, y como usted también hablaban mucho.
Hace ya tiempo nuestros hermanos acamparon enfrente de su casa, la de color Rosa, acamparon hermanos a los que se les quemó la casa, a los que se los golpeó y mató. Usted no nos recibió, seguramente debía llegar algún otro barco, o quizás algún actor importante había acaparado su atención.
Queremos sepa nos siguen matando, queremos sepa seguimos sufriendo. Jorgelina, la hija de Félix tiene miedo de ir a la escuela, varios ancianos portan secuelas por los golpes dados aquel día de lluvia en la ruta.
Andrés Silva murió por negligencia médica, Galván flotó en el río el 23 de enero de 2012, Imber apareció en la playa este pasado sábado 5 de enero de 2013, y este miércoles 10 de enero Pablo Asijak enterró a su hijo.
Celestina y un bebé de diez meses, en sueños aparecen y nos hacen doler el alma. La joven violada en Espinillo sigue adoleciendo por la injusticia cometida.
Y yo un lenguaraz, que tiene su color de piel, odia tener que ver todo este dolor que lo rodea. Quisiera que viera los ojos estos que veo en los rostros de los que hoy son mis hermanos. Quisiera al menos no 6 ni 7 ni 8, sino tan solo una vez usted pueda mirar a los ojos a nuestra comunidad.
Le escribo porque aún creo en las palabras, y por ser uno de los pocos que en lengua castellana le puedo traducir el dolor que aquí se vive. Aquí no llegan los twiter, ni las teleconferencias, la vinchuca da vueltas por nuestro rancho, y esclavos de la lluvia, a veces de sed morimos.
Pero rendidos no estamos, y no es desde la lástima que le escribo. Sino desde el resisto diario con el que alimentamos nuestra lucha. Y aunque pocos escuchan, llegará el tiempo en que haremos una obligación el que nos preste sus oídos. Llegará el tiempo en que el río no nos traiga más dolor. Llegará el color del monte a florecer nuevamente.
Le escribe quien rodeado de muertes, persigue la esperanza de hacer renacer la vida. Lo más terrible se aprende enseguida, lo hermoso nos cuesta la vida.
Aiom nitogoñe kaika carcañipi qom, naroqshe pexaraiq.
Lenguaraz Pablo
Desde El Impenetrable, Chaco, 10 de enero de 2013
YA QUE NO FUE LEVANTADO POR NINGUNO DE LOS GRANDES MEDIOS
Carta a la Presidenta de la Nación
El Lenguaraz Pablo Denardi, de la comunidad Qompi Naqona'a de Villa Río Bermejito, el Impenetrable, Chaco, el 10 de enero redactó la siguiente carta a la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner:
Le escribo en nombre de los que si le escriben, son perseguidos o asesinados.
Perdone usted se le moleste, nuestra playa recibe muertos, mientras que usted en algún puerto recibe un imponente barco. Hace 500 años recibimos también a muchos hombres de blanco, que hablaban bien como usted, y como usted también hablaban mucho.
Hace ya tiempo nuestros hermanos acamparon enfrente de su casa, la de color Rosa, acamparon hermanos a los que se les quemó la casa, a los que se los golpeó y mató. Usted no nos recibió, seguramente debía llegar algún otro barco, o quizás algún actor importante había acaparado su atención.
Queremos sepa nos siguen matando, queremos sepa seguimos sufriendo. Jorgelina, la hija de Félix tiene miedo de ir a la escuela, varios ancianos portan secuelas por los golpes dados aquel día de lluvia en la ruta.
Andrés Silva murió por negligencia médica, Galván flotó en el río el 23 de enero de 2012, Imber apareció en la playa este pasado sábado 5 de enero de 2013, y este miércoles 10 de enero Pablo Asijak enterró a su hijo.
Celestina y un bebé de diez meses, en sueños aparecen y nos hacen doler el alma. La joven violada en Espinillo sigue adoleciendo por la injusticia cometida.
Y yo un lenguaraz, que tiene su color de piel, odia tener que ver todo este dolor que lo rodea. Quisiera que viera los ojos estos que veo en los rostros de los que hoy son mis hermanos. Quisiera al menos no 6 ni 7 ni 8, sino tan solo una vez usted pueda mirar a los ojos a nuestra comunidad.
Le escribo porque aún creo en las palabras, y por ser uno de los pocos que en lengua castellana le puedo traducir el dolor que aquí se vive. Aquí no llegan los twiter, ni las teleconferencias, la vinchuca da vueltas por nuestro rancho, y esclavos de la lluvia, a veces de sed morimos.
Pero rendidos no estamos, y no es desde la lástima que le escribo. Sino desde el resisto diario con el que alimentamos nuestra lucha. Y aunque pocos escuchan, llegará el tiempo en que haremos una obligación el que nos preste sus oídos. Llegará el tiempo en que el río no nos traiga más dolor. Llegará el color del monte a florecer nuevamente.
Le escribe quien rodeado de muertes, persigue la esperanza de hacer renacer la vida. Lo más terrible se aprende enseguida, lo hermoso nos cuesta la vida.
Aiom nitogoñe kaika carcañipi qom, naroqshe pexaraiq.
Lenguaraz Pablo
Desde El Impenetrable, Chaco, 10 de enero de 2013
Pastel de Pollo "campesino"
Sugerencia del día de Hoy : Pastel de Pollo "campesino" A continuación compartimos con uds. ingredientes y receta.
INGREDIENTES
Masa
Harina 0000 250 g
Manteca fría 120 g
Azúcar 2 cdas
Huevo 1
Relleno de pollo
Cebolla 1
Pimentón rojo 1
Puré de tomates 125 cc
Aceite 2 cdas
Pechugas de pollo 2
Aceitunas negras 50 g
Choclo 1
Azúcar 1 pizca
Sal y pimienta
Ají molido
Ligue
Huevos 3
Crema de leche 150 cc
Sal y pimienta
Relleno de calabaza
Puré de calabaza 500 g
Queso rallado 50 g
PROCEDIMIENTO
Masa
Mezclar en la procesadora, harina con manteca fría, huevo y azúcar procesar hasta formar una masa. Reservar.
Relleno de pollo
Picar la cebolla y el pimiento, rehogar en el aceite e incorporar el puré de tomates, salpimentar y agregar la pizca de azúcar, agregar el pollo previamente cocido y desmenuzado junto con el choclo, rectificar sazón. Por último incorporar las aceitunas. Reservar.
Ligue
Mezclar los huevos con la crema de leche, salpimentar.
Relleno de calabaza
Mezclar el puré de calabaza con el queso rallado y reservar.
Armado
En un molde de 24 cm de diámetro, apto para horno y enmantecado. Colocar como base la mitad del relleno de calabaza, luego el relleno de pollo y distribuir sobre el relleno el ligue. Cubrir con la otra parte del relleno de calabaza y cubrir con la masa. Realizar en el centro una especie de chimenea con papel aluminio.
Cocinar a temperatura moderada de 25 a 30 minutos.
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martes, 15 de enero de 2013
los tamales
De apoco se acerca la noche a la ciudad de Salta, las luces de la ciudad empiezan a encenderse. En los bares, peñas y restaurantes de la ciudad se empieza a sentir ese rico aroma a carne mechada bien condimentada, las empanadas de carne y queso están a la orden del día. En el mercado San Miguel las pizzas son el plato favorito, sin embargo la noche se presta para compartir con amigos unos ricos tamales bien salteños!
Te dejemos la receta para que uno de estos días te animes y los prepares en casa.
Preparación de la harina de maíz
Disponer de un recipiente para colocar 4 lts. de agua , hacer hervir y agregar 1 kg de cenizas. Pasar la mezcla por un colador al agua obtenida, una vez que ha hervido, se le añade el maíz capia. Dejar hervir siempre mezclando. Se ¡aya con agua caliente . Dejar en remojo dos días, cambiando siempre agua tibia, dos veces al día. Secar y moler.
Ingredientes:
2 kg. de harina de maíz
1 cabeza de cerdo o de vaca, o una lengua,
o 1 kilo de charqui tizado.
1/2 kg. de grasa pella
3 plantas de cebolla verde
8 huevos
Pasas de uva, sal, comino, ají (si se desea), caldo, chalas secas.
Preparación:
Paso previo:
Pasta de maíz (masa): lavar perfectamente y cocinar en abundante agua con sal, la cabeza de vaca o de cerdo. Una vez cocida, retirar, dejar enfriar y picar muy fino. Reservar el agua de cocción.
Mojar la harina de maíz en el caldo donde se hirvió la cabeza (de cerdo o vaca). En una olla colocar ¼ kg. de grasa derretida, sal, comino; agregar la harina de maíz y mezclar hasta formar una pasta consistente.
Picadillo de relleno. En una cacerola colocar 1/4 kilo de grasa, hasta que derrita, agregar cebolla finamente picada, sal, comino, ají, (a gusto) y el caldo; hervir por 5' revolviendo la preparación continuamente, retirar del fuego y dejar enfriar. Agregar los huevos picados y las pasas de uva.
Mojar en agua hirviendo las chalas (secas) de choclo. Tomar de a una y colocar un poco de pasta, al centro el picadillo de relleno y cerrar, atando la chala.
Hervir los tamales en caldo o en agua con sal, durante media hora aproximadamente.
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jueves, 10 de enero de 2013
Glosario de Arte Culinario ( Salteño )
Glosario de Arte Culinario ( Salteño )
Aguachento: estado semilíquido de una cosa. Alfeñique: golosina autóctona a base de miel de caña. Bilqui*: Virque. Tinajón de barro cocido, de asiento pequeño y boca ancha. Sirve para hacer la chicha o para conservar fresca y pura el agua o la leche. Butifarra: salchicha parrillera. Cabeza guatiada: cabeza de vaca cocinada en un hueco en la tierra. Caimo/a: sin gusto, sin gracia, insustancial. Desabrido, desazonado. Se aplica en sentido figurado a personas. Chala de choclo: envoltura de la mazorca de maíz antes de su maduración. Chalona: es el charqui de cordero, oveja o llama. A esta carne se la hace secar con el hueso. Charqui: cecina de vaca, oveja o llama. Carne secada al sol para guardar en conserva y cocinar. Choclo*: mazorca de maíz verde, tierno sin desgranar. Chuño: papa helada y seca, mediante un tratamiento que requiere remojar la papa durante un período, exponerla luego a la helada nocturna y finalmente, secarla a la intemperie. Contiene gran cantidad de fécula y se la prepara mezclada con huevo y cebolla para acompañar guisos y picantes. Chuyo/a: aguado, líquido, poco espeso. Concho: Lo central, más rico o característico de un plato de comida. La parte sólida de la aloja de maíz o de algarroba. La hez de cualquier cosa. Cuaresmillo*: durazno pequeño que se da en el tiempo de la Cuaresma. Enyantar: comer. Guaschalocro: tipo de sopa o guisado similar al locro. Guacho o guascho, del quechua, huérfano. Macha: borrachera. Machacado: dulce de durazno deshecho. Machado/a: borracho/a. Machador/a: se dice del licor o bebida que embriaga fácilmente. Machar: emborrachar. Molle de hacer aloja*: árbol muy común en Salta. Se lo encuentra en lugares sombreados de las alturas. Su fruto es comestible y con él se hace una aloja muy dulce. Noque*: recipiente de cuero vacuno que se utiliza para pisar la uva en la elaboración del vino, para fermentar las vainas de algarroba en la preparación de la chicha o para cuajar la leche. Palta: es el fruto del árbol conocido como palta o palto. En México y en el Caribe se lo llama aguacate. Pella*: Es la grasa del animal vacuno. Pochoclo: maíz pizingallo, tostado, al que se ha hecho reventar y florecer. Praliné: garrapiñada. Recado*: contenido, relleno de las empanadas. Repulgar: acción de trenzar el borde de la empanada, para darle su forma característica. Repulgue: borde típico de la empanada salteña. Sancochado: cualquier alimento semicocido. El medio sancochado es una reiteración enfática de que aún no está totalmente cocido. Simbar: Trenzar (cuero, el cabello o las empanadas). Yapar: excedente, añadidura, agregado. En el norte argentino se refiere a algo que se regala con una compra de frutas y verduras en general. Fuentes: Topeto Díaz: Recetario Original, versión digital. José Vicente Solá: Diccionario de Regionalismos de Salta. Unidad de Investigación en Lingüística y Literatura-Universidad Nacional de Jujuy: Registro de Voces Kechuwas vigentes en el discurso Coloquial Norteño. |
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