domingo, 28 de octubre de 2012

EL JUEGO DE EL PATO


13 de mayo 

LAS DIVERSIONES DEL GAUCHO. EL JUEGO DE EL PATO. (III de V)

Todas estas diversiones ecuestres que realizaban nuestros gauchos pueden llevar a discusiones y/o cambios de opiniones, pero lo que no se puede negar es que vinieron a América traída por los Conquistadores Españoles junto con los primeros caballos.
Si buscamos con el juego de El Pato, como ocurrió con las carreras o juegos de la sortija,
encontraremos que la génesis de éste, hoy Deporte Nacional, se remonta muy lejos en la historia.
Quizás quedó de las hordas de las tribus denominadas Bárbaras en su Invasiones realizadas a Europa.
Ellos tienen un deporte característico, el buzkashi, adoptado más tarde por otros grupos, que gira en torno a una cabra decapitada. El juego consiste en conseguir alcanzar una cabra decapitada que se halla en un punto central y llevarla hasta otro punto marcado a unos km de allá. Se disputa a caballo entre dos equipos. La prueba puede parecer sencilla, pero hay que tener en cuenta que muchas veces participan miles de hombres a caballo, en una maraña de polvo, látigos y golpes. La tradición dice que durante el imperio mongol, el mismo juego se practicaba con prisioneros de guerra. Este deporte sintetiza los rasgos de esta cultura: la lucha fiera e individualista conjugada con el espíritu de solidaridad y colaboración.
Según algunos historiadores este juego en nuestro país se remonta a 400 años de antigüedad, Félix de Azara describe ya, en 1610, un partido en Buenos Aires para la Festividad de San Ignacio de Loyola, donde cuenta que unos 200 jinetes, divididos en dos grupos se diputaban a latigazos, pechazos y manotazos una pelota de cuero cosida con varias manijas que contenía adentro un pato vivo con la cabeza fuera. 
Se habla de Juan Manuel de Rosas como precursor de la prohibición de este juego años más tarde, sin embargo no hay ningún documento escrito de ello. Sí existe una ley de 1822 del entonces gobernador de Buenos Aires don Martín Rodríguez y con la firma de su ministro Bernardino Rivadavia prohibiendo el juego.
Si hemos de ser honestos debemos reconocer que esta ley de ninguna manera está basada en la protección del pobre pato, sino más bien por la cantidad de muertes que la realización de esta competencia tenía entre sus concursantes, que quienes no morían aplastados por las patas de los caballos, terminaban agonizando por una puñalada o algún balazo en las discusiones que se armaban una vez terminado el juego.
Incluso la Iglesia prohibía dar cristiana sepultura a quien moría en la realización de una competencia del Pato.
En la literatura hay muchas menciones a este juego hechas por distintos autores, Guillermo Hudson, en su cuento de “El Ombú”, el historiador Manuel Pelliza, el coronel Francisco Muñiz y hasta Concolocorvo en su “Lazarillo de Ciegos Caminantes”. 
Bartolomé Mitre lo indicó en una de sus Rimas:
¡El pato! juego fuerte
del hombre de la pampa
que marca las costumbres
de un pueblo varonil!
Para avispar los nervios
para tender los músculos
como el convulso joven
en el dolor febril.
Este juego desaparece de la historia durante muchos años, finalmente en 1937, Alberto Castillo Posse, escribe un nuevo reglamento para este juego, inventa la pelota con cuatro asas o manijas, adaptándolo a los nuevos tiempos y tímidamente se comienza a practicar nuevamente en las estancias pampeanas.
En 1938 el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Dr. Manuel Fresco, levanta su prohibición y en 1941 se forma la primera Federación Argentina de Pato.
En 1953 es declarado por Ley como el deporte Nacional, jugado por cuatro jinetes por bando, con reglas claras y precisas.

En la foto: “Preparativos en el Campo” (1939)


 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario